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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


jueves, diciembre 31, 2009

Atracción fatal

Ayer te vi por primera vez. Me habían sugerido un montón de cosas, pero creí que se trataba de una broma. No podía dar crédito... Gran forma de terminar el año, pardiez. Voy a mandar este año a la porra: esto de verte el día del aniversario de mi boda es una cruel jugarreta del destino.

Dios mío, qué hermosísima que eres. Aún sigo sin aliento. Ves: por eso lucho por conseguir el secreto de la eterna juventud. Ufff, maldita sea, como me dijeron al verte, estoy en shock y aún lo estoy. Ha valido la pena contar millones de moscas.

Por otra parte, anoche me acordé de mi pobre pipita. Con sinre recordé los momentos en que aún estabas bien. Sueño con que tome mi mano y la extraiga del abismo y la oscuridad donde mora, pero francamente es imposible y, como los condenados de Dante, Qui si convien lasciare ogne sospetto. Está bien reconocer que estoy triste y que me afecta. Sinre, estuvo bien el vinito, estuvo muy bien. Me -nos- consolamos mucho, y eso es el comienzo de una nueva alegría.
Cuenta conmigo, sinre. Eres entrañable. Adiós, hasta nunca miserable 2009.

miércoles, diciembre 30, 2009

El casco tremolante

Curiosísima conversación anoche en todos los sentidos, pero en especial, sobre los excesos en la traducción que se perpetúan. Francamene, evité decirlo, pero ese casco tremolante de Héctor no lo cambiaría por nada del mundo. Aun hoy en día me pregunto porqué diablos temblaba el casco de aqueos y troyanos. Y luego, volveré a Alicante, a hablar de chorradas profundas... Así es mi vida.

lunes, diciembre 28, 2009

Porque no quieres...

Me lo ha dicho mucha gente, lo cual significa que o no me escuchan, o no me entienden. Ciertamente, no quiero, y tengo enormes razones para no hacerlo. Y una vez pasado el disgusto de cuando quise y no pude, progresivamente me voy sintiendo mejor.